
¿Podemos controlar lo que soñamos? Qué son los sueños lúcidos y cómo manejarlos
Los sueños han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, y entre ellos, los sueños lúcidos ocupan un lugar especial. Este fenómeno ocurre cuando la persona toma ...
Los sueños han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, y entre ellos, los sueños lúcidos ocupan un lugar especial. Este fenómeno ocurre cuando la persona toma conciencia de que está soñando, lo que abre la posibilidad de interactuar con su mundo onírico de maneras sorprendentes.
Pero, ¿es posible controlarlos? Y más importante aún, ¿cómo pueden estos sueños influir en nuestra vida cotidiana?
En pocas palabras, un sueño lúcido es aquel en el que la persona sabe que está soñando y puede ejercer cierto control sobre el sueño u observarlo pasivamente mientras es consciente de que se trata de un sueño.
Esto da al soñador la oportunidad de influir potencialmente en su vida onírica (quizá interrumpiendo conscientemente una narración nocturna para reescribir un nuevo desenlace), lo que puede ser especialmente útil para reducir la frecuencia de las pesadillas en quienes las padecen, según una investigación publicada en la revista Encephale.
La investigación también ha descubierto que participar en sueños lúcidos puede ayudar a las personas a reducir la gravedad de su insomnio, junto con los síntomas de ansiedad.
Los sueños lúcidos también tienen valor como entretenimiento, según Benjamin Baird, neurocientífico cognitivo y profesor de investigación de la Universidad de Texas (Estados Unidos). “Es como tener tu propia forma de realidad virtual”.
“Algunas personas que sueñan lúcidamente no quieren alterar el sueño: quieren explorar el sueño y ver qué les ofrece”, señaló Antonio Zadra, profesor de psicología de la Universidad de Montreal (Canadá) y coautor de When Brains Dream. “Es una forma de explorar tu propia mente y de abrir oportunidades para relacionarte con distintas partes de tu psique”.
Historia de los sueños lúcidos
Aunque la conciencia de los estados oníricos se remonta a siglos atrás, no fue hasta 1913 cuando el psiquiatra neerlandés Frederik Van Eeden acuñó el término “sueño lúcido”, basándose en sus propias experiencias.
En las décadas de 1970 y 1980, varios investigadores, entre ellos el psicofisiólogo de Stanford (EEUU) Stephen LaBerge, demostraron que el sueño lúcido era un fenómeno que se producía durante el sueño REM, cuando se pedía a los soñadores que movieran los ojos siguiendo patrones distintos cuando se volvían lúcidos durante sus sueños.
Mientras tanto, los practicantes del budismo tibetano creen desde hace tiempo que las personas pueden entrenarse para ser lúcidas mientras sueñan a través de una práctica llamada yoga del sueño.
“Todo el yoga del sueño es sueño lúcido”, explica Michael Sheehy, estudioso del budismo tibetano y director de becas del Centro de Ciencias Contemplativas de la Universidad de Virginia (EEUU) “La diferencia es que en el yoga del sueño realizas intencionadamente técnicas contemplativas mientras estás en el sueño. Eres consciente de lo que haces mientras sueñas y haces cosas que normalmente no puedes hacer cuando estás despierto”.
Estas acciones intencionadas incluyen conjurar objetos inusuales para que aparezcan en tu sueño, transformar el entorno o la ubicación del sueño, o transformar un objeto en otro, explica.
Después del sueño, “puedes experimentar flexibilidad cognitiva, darte cuenta de la facilidad con que puedes cambiar tus pensamientos y tu forma de pensar o de percibir tus circunstancias. Y puedes imaginar nuevas posibilidades, perspectivas y resultados situacionales”, afirma Sheehy.
Cómo se producen los sueños lúcidos
Ken Paller, neurocientífico de la Universidad Northwestern, afirma que no se conocen bien los fundamentos neurobiológicos de los sueños lúcidos. Pero las investigaciones preliminares sugieren que hay una mayor actividad en el córtex prefrontal del cerebro (que regula las funciones ejecutivas, como el pensamiento y la resolución de problemas, y las emociones) y en el córtex parietal, que interviene en el procesamiento y la integración de la información sensorial y la atención.
Mediante electroencefalogramas, que miden la actividad eléctrica del cerebro, los investigadores han demostrado que el sueño lúcido “constituye un estado híbrido de conciencia” con aspectos de la actividad cerebral que son características tanto de los estados de vigilia como del sueño REM.
Los beneficios de los sueños lúcidos
En cuanto a los posibles beneficios de los sueños lúcidos, Baird afirma que van desde lo científico a lo personal, pasando por lo terapéutico.
“Tradicionalmente, ha sido muy difícil estudiar los sueños: se intentaba correlacionar los informes de sueños con lo que ocurría fisiológicamente en el cerebro”, afirma Baird. Con las técnicas desarrolladas para inducir movimientos oculares y sueños lúcidos durante la fase REM, los investigadores pueden marcar el inicio y el final de un sueño lúcido, “lo que permite una alineación precisa con los informes subjetivos y los informes fisiológicos del cerebro”.
A nivel personal, los sueños lúcidos pueden potenciar la creatividad y contribuir al bienestar de las personas ayudándolas a aprender cosas sobre sí mismas que de otro modo no sabrían. “Pueden aprender habilidades, encontrar respuestas a problemas y experimentar una transformación espiritual“, afirma Paller.
Los sueños lúcidos también ofrecen a las personas la oportunidad de practicar sus habilidades. Las investigaciones han descubierto que practicar habilidades motoras en sueños lúcidos es una forma de “ensayo mental” que mejora el rendimiento posterior en deportes o juegos en la vida real.
A nivel terapéutico, se ha descubierto que los sueños lúcidos ayudan a combatir el insomnio y las pesadillas. Al ser conscientes de que están soñando, las personas pueden transformar sus pesadillas en experiencias menos aterradoras e incluso convertirlas en oportunidades de resolución emocional.
Si alguien tiene pesadillas recurrentes y aprende a tener sueños lúcidos, puede reconocer que está soñando, que lo que está experimentando no es real y, posiblemente, cambiar el resultado del sueño. “Esto puede ser una poderosa experiencia transformadora, que les ayude a alcanzar algún nivel de resolución o curación”, explica Baird.
Además, muchas personas han encontrado consuelo al utilizar los sueños lúcidos para conectar con seres queridos fallecidos o explorar emociones profundas, lo que facilita un procesamiento emocional significativo.
Cómo aprender a tener sueños lúcidosSi no se tienen sueños lúcidos de forma natural (la mayoría de la gente no los tiene), se puede aprender a inducirlos mediante diversas técnicas, pero puede haber inconvenientes.
En un estudio publicado en la revista Sleep Advances, los investigadores examinaron y analizaron 400 mensajes en un foro de discusión sobre sueños lúcidos y descubrieron tanto efectos positivos como experiencias negativas.
Por el lado positivo, muchas personas afirmaron que sus sueños mejoraban, se despertaban de buen humor y tenían menos pesadillas.
En el lado negativo, las personas declararon sentirse paralizadas (incapaces de gritar o moverse) o tener problemas para distinguir si estaban dormidas o realmente despiertas, y un sueño menos reparador.
Si se decide a probar los sueños lúcidos, uno de los requisitos es recordar bien los sueños, dicen los expertos. “Si llevas un diario de tus sueños, empezarás a recordarlos mejor”, afirma Mallett.
Las técnicas utilizadas para inducir sueños lúcidos tienen distintos grados de éxito y no hay una que funcione para todo el mundo. “Es una habilidad que se puede aprender, pero la gente hace que parezca mucho más fácil de lo que realmente es”, afirma Zadra.
Entre las técnicas más probadas están las cognitivas, que se realizan durante el día o mientras se duerme.
Con la técnica de comprobación de la realidad, dejas de hacer lo que estás haciendo a intervalos regulares a lo largo del día y te preguntas si estás en un sueño o en la realidad, y luego vuelves a tus actividades habituales. La idea es que estas “comprobaciones de la realidad” acaben incorporándose al sueño de una persona, permitiéndole distinguir entre las realidades del sueño y de la vigilia, lo que a su vez induce la lucidez onírica.
Una técnica llamada Inducción Mnemotécnica de Sueños Lúcidos consiste en ensayar un sueño durante el día y visualizar que se está lúcido mientras uno se dice a sí mismo: “La próxima vez que esté soñando, reconoceré que estoy soñando”.
Con la técnica de Despertar y Volver a la Cama, la persona se pone un despertador para que suene después de unas seis horas de sueño, permanece despierta durante aproximadamente 30 minutos y luego vuelve a la cama con la intención de volverse lúcida si empieza a soñar.
Otra, llamada técnica de los Sueños Lúcidos Iniciados por los Sentidos, consiste en despertarse tras unas cinco horas de sueño y cambiar repetidamente la atención entre sensaciones visuales, auditivas y físicas antes de volver a dormirse.
De estas tres técnicas, un estudio de 2023 descubrió que ensayar un sueño durante el día era la más eficaz. Mediante un proceso de ensayo y error, podés ver cuál te funciona mejor. Aunque también pueden funcionar juntas.
En cualquier caso, a pesar de sus beneficios, algunas personas reportan efectos secundarios, como dificultad para distinguir entre sueño y realidad o una menor calidad del sueño reparador. Al final, el mundo de los sueños sigue siendo un terreno misterioso donde la ciencia y la imaginación se encuentran, abriendo infinitas posibilidades…
Fuente: National Geographic / Meteored
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