¿Y la carne? Trump espera que Argentina ayude a bajar los precios en EE. UU.
El plan del presidente estadounidense de importar carne roja va en contra de su filosofía de aumentar la producción nacional, y ha enfurecido a los ganaderos de Estados Unidos.Con los prec...
El plan del presidente estadounidense de importar carne roja va en contra de su filosofía de aumentar la producción nacional, y ha enfurecido a los ganaderos de Estados Unidos.
Con los precios de la carne de res por los cielos, el presidente Donald Trump está considerando una idea que contradice su mantra habitual de que casi todo debe producirse en Estados Unidos.
Trump, que ha impuesto aranceles a casi todo lo que importa Estados Unidos, dijo que estaba considerando la posibilidad de comprar carne de res a Argentina para reforzar el suministro y frenar la subida de los precios. La medida iría en contra de la filosofía económica rectora de Trump de erigir barreras a la importación para fomentar la producción nacional. También deja entrever que el presidente cree que, en algunos casos, los mercados abiertos pueden ser un antídoto contra la subida de precios.
"Compraríamos carne de vaca a Argentina", dijo Trump a los periodistas a bordo del Air Force One el domingo. "Si hacemos eso, bajarían nuestros precios de la carne".
Los precios de la carne molida de res en Estados Unidos han aumentado alrededor de un 15 por ciento este año, hasta alcanzar la cifra récord de casi 7 dólares por libra (unos 15 dólares el kilo). El repunte de los precios se debe a varios factores, como el clima más cálido y los aranceles que Trump ha impuesto a socios comerciales clave.
Las sequías en algunas partes del país han obligado a los ganaderos a reducir sus rebaños, lo que ha provocado un aumento de los precios de la carne de vacuno junto con la demanda de carne roja. Y las importaciones de carne de vacuno de algunos países, como Brasil, han empezado a caer debido a los elevados aranceles impuestos a sus exportaciones a Estados Unidos.
De tal forma que Trump recurre a Argentina, el aliado latinoamericano en apuros al que ha estado llenando de apoyo económico. El gobierno va a brindar a Argentina una ayuda de 20.000 millones de dólares que se formalizó el lunes, y ha estado comprando pesos argentinos para apuntalar la moneda de ese país. Durante una visita a la Casa Blanca del mandatario argentino, Javier Milei, el presidente Trump dijo que Estados Unidos podría considerar la posibilidad de firmar un acuerdo de libre comercio con Argentina.
Ahora parece que la carne de res podría estar sobre la mesa como parte de dicho pacto.
Mientras que los estadounidenses que comen carne podrían elogiar esta medida para reducir el costo de sus hamburguesas, la idea de comprar más carne de Argentina ya está provocando reacciones violentas en las zonas rurales de Estados Unidos. Los ganaderos consideran que el precio de la carne es justo y que el gobierno de Trump no debería suprimir los precios con importaciones que ven como de baja calidad.
"Este plan solo crea el caos en un momento crítico del año para los ganaderos estadounidenses, al tiempo que no hace nada para bajar los precios en las tiendas", dijo Colin Woodall, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos de Vacuno.
Woodall añadió que la relación comercial de Estados Unidos con Argentina estaba desequilibrada en lo que respecta a la carne de res, y señaló que Estados Unidos exportó unos 7 millones de dólares de carne de vacuno a Argentina en los últimos cinco años, pero importó el equivalente a 801 millones de dólares. También planteó problemas de seguridad, al señalar el historial de fiebre aftosa en Argentina, que puede amenazar al ganado.
Argentina representa alrededor del 2 por ciento de las importaciones estadounidenses de carne de res. Están limitadas por un contingente arancelario, que desencadena un impuesto adicional cuando se supera el tope de importación.
Justin Tupper, presidente de la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos, dijo que comprar carne de res de Argentina, que no tiene las mismas garantías de calidad que Estados Unidos, era una "idea horrible". Advirtió que los procesadores de carne iban a mezclar la carne importada, más barata, con carne estadounidense para bajar los precios, y argumentó que una libra de carne molida no era más cara que una bebida de café de alta gama.
"Estamos trayendo algo y acabando con nuestra propia industria", dijo Tupper, de Dakota del Sur, quien instó a Trump a tomar medidas para apoyar a los ganaderos estadounidenses y aumentar la producción ganadera nacional.
Comprar más carne de vacuno a Argentina sería la más reciente victoria económica de un país que se ha beneficiado de la presidencia de Trump, incluida su guerra comercial. China ha empezado a comprar más soya a Brasil y Argentina en lugar de a Estados Unidos, lo que ha molestado a los agricultores nacionales, que no tienen dónde vender sus cosechas y han visto caer los precios.
Trump ha dicho que quiere utilizar los ingresos procedentes de los aranceles para apoyar a los agricultores estadounidenses, pero hasta ahora no ha presentado un plan de ayuda. Se espera que el presidente plantee la cuestión al presidente de China, Xi Jinping, cuando se reúnan a finales de este mes.
No sería la primera vez que Trump desafía sus instintos proteccionistas para mantener contenida la inflación mientras prosigue con sus agresivas políticas arancelarias. A principios de este año, recurrió a Corea del Sur y Turquía para que suministraran huevos cuando los precios se dispararon en Estados Unidos.
Trump, quien tiene una afinidad personal con Milei y quiere que ayude a reducir la influencia de China en Latinoamérica, defendió sus esfuerzos por ayudar a Argentina mientras los agricultores estadounidenses enfrentan dificultades.
"Argentina está luchando por su vida", dijo Trump el domingo. "No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro para sobrevivir".
Alan Rappeport es reportero en materia de política económica radicado en Washington. Cubre el Departamento del Tesoro estadounidense y escribe sobre impuestos, comercio y asuntos fiscales.