Gustavo Mayer, su papel en ‘El Cuarto de Verónica’, por qué no regresaría a la conducción de magazines y su opinión de la coyuntura nacional
Con casi 30 de trayectoria en la actuación, Gustavo Mayer sigue consolidando su vigencia en teatro, televisión y cine. Desde su debut en telenovelas en los años 90, ha recorrido una amplia carre...
Con casi 30 de trayectoria en la actuación, Gustavo Mayer sigue consolidando su vigencia en teatro, televisión y cine. Desde su debut en telenovelas en los años 90, ha recorrido una amplia carrera que lo ha llevado a participar en producciones televisivas, obras teatrales y programas de conducción matinal.
Hoy, el actor forma parte del elenco de 'El Cuarto de Verónica’, una obra triller psicológico que se presenta en el Teatro de Lucía bajo la dirección de Rodrigo Falla Brousset, junto a Alexandra Graña, Lilian Schiappa-Pietra y el propio Falla.
En conversación con Infobae Perú, Gustavo habla sobre su papel en esta obra, su experiencia en el género del terror psicológico, su mirada sobre la televisión actual y su reflexión frente a la situación que vive el país.
Gustavo, cuéntame un poco acerca de ‘El cuarto de Verónica’ y de tus personajes en la obra
Es una obra muy interesante, distinta a todo lo que había hecho antes. Se trata de una joven universitaria que es invitada por unos ancianos a visitar la antigua habitación de Verónica, quien falleció de manera trágica. Durante esta visita, aparentemente inocente, sucederán varios hechos que pasarán entre ficción y la realidad.
Yo interpreto a John, un anciano que fue jardinero de la familia y que junto con su esposa invita a esta joven a su casa. Es un personaje que me pareció simpático, amable, leal, pero que esconde matices. Además, tengo otro personaje, el padre de Verónica, un hombre de familia de los años cuarenta, poderoso y severo. Ambos son completamente distintos y ha sido un trabajo muy bonito construirlos desde ritmos y energías diferentes.
¿Qué hace que esta obra sea considerada un thriller o terror psicológico?
Porque te hace dudar todo el tiempo. No sabes qué es real y qué no. El público vive una tensión constante tratando de descubrir quién está mal, quién dice la verdad. Es una historia que juega con la mente y te deja pensando incluso después de salir del teatro. No hay sangre ni fantasmas, sino algo más inquietante: la posibilidad de que todo lo que ves sea producto de una mente confundida.
¿Y fue difícil generar ese clima de miedo o suspenso en el público?
Más que difícil, fue un trabajo muy detallado. Con Rodrigo Falla hemos trabajado miradas, silencios, tiempos y momentos de tensión para lograr esa sensación de incertidumbre. La gente sale realmente inquieta, comentando la historia, tratando de entender en qué momento ocurrió algo o cambió todo. Eso es justamente lo que queremos provocar.
¿Cómo defines el tipo de miedo que propone ‘El cuarto de Verónica’?
Yo diría que no es miedo, sino una angustia permanente, una sensación de suspenso. Es mi primera vez en este género y lo estoy disfrutando mucho. Aunque las palabras “terror” y “placer” no parecen ir juntas, aquí sí lo hacen. La historia te atrapa y el público siente la tensión en cada escena, especialmente al final, que es completamente inesperado.
Esta obra deja una lección: “no hables con desconocidos”. ¿Cómo reaccionarías si algo así le pasara a tu hijo?
Creo que ningún padre lo tomaría bien. Mi hijo tiene clarísimo que no debe conversar con extraños ni acompañar a nadie. Pero claro, en la obra hablamos de una mujer adulta que toma una decisión. Es interesante porque te pone en el dilema de hasta dónde confiamos y qué tanto conocemos a los demás.
¿Por qué el público debería ir a ver ‘El Cuarto de Verónica’?
Porque es una obra distinta. No es terror tradicional; es un thriller psicológico que te deja pensando. Hay gente que me dice “yo no veo terror”, pero les explico que esto no va de sustos, sino de emociones, de pensar qué es real y qué no. Es una historia posible dentro de un mundo impredecible como el que vivimos. El público va a salir sorprendido, intrigado, hablando de la obra. No es una experiencia para reírse, sino para sentir y reflexionar.
Gustavo Mayer y su opinión acerca de los magazines de la TVGustavo, muchos no recuerdan, pero tuviste tu faceta como conductor de televisión, de magazines específicamente. ¿Te gustaría volver a la TV en ese rol?
Nunca cierro puertas, pero depende del contenido. Mi paso por los magazines fue muy bonito; aprendí mucho y hasta me sirvió en mi vida personal. Pero si se trata de un programa hecho solo por lucro o basado en el chisme, no me interesa.
Si me proponen algo familiar, informativo o que aporte a la gente, claro que lo consideraría. Pero un magazine de espectáculos no es algo que me atraiga.
¿Y qué piensas de los magazines actuales que tratan más temas de la farándula?
No es un rubro que me interese mucho. No soy de ver esos programas (espectáculos) porque no me interesa involucrarme en la vida de las personas de una manera invasiva. No te puedo decir si está bien o está mal. Lo que sí, es que si me proponen hacer algo así, yo no estaría interesado.
Has pasado por televisión, cine y teatro. ¿Qué te motiva a seguir actuando después de casi tres décadas?
Creo que el deseo de contar historias y generar emociones. Para mí, actuar sigue siendo un juego del niño interior: imaginar, sentir, crear. Y mientras siga disfrutándolo, seguiré haciéndolo. No sé cuál es el secreto para mantenerme vigente, pero hago mi trabajo con pasión y creo que eso se nota.
Su reflexión sobre la coyuntura del país¿Qué papel crees que cumple el teatro en el contexto actual del país, marcado por la inseguridad y la crisis?
El teatro tiene una función muy importante: nos permite ver posibles escenarios de la vida y reflexionar sobre ellos. Pero más allá del arte, creo que los actores tenemos una responsabilidad como comunicadores. Me entristece la indiferencia con la que se manejan muchas cosas en el país. Llevamos años cambiando de presidentes sin resolver lo esencial: la seguridad. Eso me preocupa. Pero también creo que no podemos paralizarnos por miedo. La vida sigue, y el arte es justamente una forma de resistir, de liberar tensión, de conectar con los demás.
Entonces, ¿ir al teatro también es una forma de resistir?
Totalmente. Nadie puede vivir encerrado por miedo. Todos necesitamos un espacio para distraernos, reflexionar y sentir algo distinto. Y eso es lo que ofrecemos desde el teatro: un lugar para respirar, pensar y compartir.
Finalmente, ¿cómo invitarías al público a ver “El cuarto de Verónica”?
Los invito a acompañarnos al Teatro de Lucía, en Miraflores, de jueves a lunes a las 8:00 pm, excepto los domingos que son a las 7:00 pm. Estamos hasta el 17 de noviembre. Es una obra intensa, intrigante y muy bien actuada, con un elenco que se entrega totalmente. Van a vivir una experiencia distinta, eso se los aseguro. Entradas disponibles en Joinnus.