Cuauhtémoc inspira a miles en exposición histórica en Guerrero
El legado de Cuauhtémoc sigue despertando interés y reflexión casi quinientos años después de la caída de Tenochtitlan. Más de 6.000 personas acudieron a la exposición itinerante Cuauhtémo...
El legado de Cuauhtémoc sigue despertando interés y reflexión casi quinientos años después de la caída de Tenochtitlan. Más de 6.000 personas acudieron a la exposición itinerante Cuauhtémoc. Historia y Memoria durante su reciente escala en el Museo Regional de Guerrero, y ahora la muestra se presenta en el Museo Histórico de Acapulco (MHA), Fuerte de San Diego, antes de continuar su recorrido por el estado.
Este proyecto, organizado bajo el auspicio del Museo del Templo Mayor (MTM), en Ciudad de México, propone una mirada crítica sobre la figura del último huey tlatoani mexica, considerado símbolo de resistencia y dignidad.
En palabras de Héctor Romeo Torres Calderón, director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Guerrero, la exposición ayuda a comprender a Cuauhtémoc como “una fuerza cultural que condensa valores, aspiraciones y luchas colectivas”.
El contexto guerrerense resultó especialmente relevante para el montaje. Torres Calderón subrayó ante la prensa que “Cuauhtémoc no es una figura lejana” para los habitantes del estado, ya que “resisten pueblos nahuas, mixtecos, tlapanecos y amuzgos” y el tlatoani se percibe como una figura “cercana y tangible”.
La exhibición reúne una veintena de piezas significativas: desde esculturas en cerámica estucada, como la de un guerrero águila y una almena, hasta un Xiuhmolpilli o atado de años elaborado en roca volcánica con altorrelieve. Entre los objetos más destacados se encuentran máscaras pertenecientes al Museo Nacional de Antropología, representando a Hernán Cortés, Malintzin y Cuauhtémoc, además de monedas y material publicitario que porta su efigie.
La curadora del MTM, Judith Alva Sánchez, explicó que la exposición surgió tras un año de análisis colectivo sobre la figura del tlatoani, en el que participaron especialistas como los historiadores Miguel Pastrana Flores, María Castañeda de la Paz, Salvador Rueda Smithers y Antonio Saborit García-Peña, junto a los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Patricia Ledesma Bouchan. Esta última es también directora del museo capitalino.
Estas reuniones permitieron construir los principales bloques temáticos de la exposición: desde la etimología del nombre de Cuauhtémoc y su parentesco con las familias nobles mexicas, hasta su formación guerrera, la resistencia de Tenochtitlan y Tlatelolco, la transición virreinal, el traslado de Cuauhtémoc como rehén junto a Cortés a las Hibueras (actual Honduras), y su repercusión histórica en los siglos XIX y XX.
Sobre los últimos días del tlatoani, la muestra recuerda el 13 de agosto de 1521, cuando fue capturado por los ejércitos hispánicos y sus aliados indígenas. La resistencia y el honor que le otorgó el tonalpouhque (consejo de sabios) se hicieron evidentes cuando pidió una muerte digna, propia de un guerrero mexica: el sacrificio con puñal.
Sin embargo, permaneció con vida por dos razones fundamentales: funcionaba como intermediario entre la Corona española y la nobleza local, y porque mantenía el conocimiento sobre el tesoro perdido tras la Noche Victoriosa.
Judith Alva destacó que ese fue el verdadero inicio del sufrimiento para Cuauhtémoc. Su muerte, ocurrida hacia principios de 1525 durante la expedición a las Hibueras, se consignó en códices como La Tira de Tepechpan y el Códice Vaticano A.
“No se tiene la certeza ni del sitio, ni de la fecha exacta de su muerte. Los únicos testigos presenciales que escribieron al respecto fueron el propio Cortés y Bernal Díaz del Castillo”, relató la arqueóloga del MTM.
A pesar de las incertidumbres históricas, Alva Sánchez señala que las “proezas” de Cuauhtémoc sobreviven en la memoria colectiva, plasmadas en documentos virreinales y convertidas en inspiración para la construcción de un héroe nacional que hasta hoy es visto como emblema de “fortaleza, dignidad y honor”.
La investidura de tlatoani, expuso, implicaba la responsabilidad de proteger “al ‘ala y la cola’, metáfora para mencionar gentilmente al pueblo”.
Los visitantes podrán recorrer Cuauhtémoc. Historia y Memoria en la Sala de Exposiciones Temporales del MHA hasta las primeras semanas de 2026. La muestra luego se trasladará al Museo Guillermo Spratling en Taxco.