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Sarah Ferguson, dispuesta a desvincularse del príncipe Andrés tras perder sus títulos: “Dirá cualquier cosa para salvarse”

La relación de cordialidad y apoyo mutuo entre el príncipe Andrés y su exmujer, Sarah Ferguson, podría sufrir un giro radical tras la renuncia del hermano del rey Carlos III a sus títulos. Los...

La relación de cordialidad y apoyo mutuo entre el príncipe Andrés y su exmujer, Sarah Ferguson, podría sufrir un giro radical tras la renuncia del hermano del rey Carlos III a sus títulos. Los escándalos que rodean al exduque de York han hecho que su relación con la madre de sus hijas atraviese uno de sus momentos más frágiles, con el peligro de perder su residencia en Royal Lodge y la sombra de investigaciones policiales sobre el príncipe.

La situación actual ha hecho que la exmujer de Andrés se plantee desmarcarse públicamente de él para proteger sus propios intereses ante la creciente presión financiera y el persistente escándalo Epstein, según ha revelado el Daily Mail.

El detonante de esta posible ruptura pública radica en la combinación de dificultades económicas y el desgaste reputacional al que ambos enfrentan. Ferguson, reconocida por su capacidad de adaptación en la esfera real, podría optar por desvincularse de Andrés si la situación financiera se agrava. “Fergie dirá cualquier cosa para salvarse, pero su destino está estrechamente ligado al de su exmarido”, ha expresado al citado medio una fuente cercana a la exduquesa.

El testimonio añade que la carrera de Ferguson como autora de libros infantiles se encuentra en entredicho por las recientes revelaciones de su amistad con Epstein: “¿Cómo puede alguien que fue amiga y dependió económicamente de un pederasta ser tomada en serio como voz para los niños?”, espeta. Además, la posibilidad de perder otras oportunidades comerciales por el escándalo se suma a la presión.

Dependencia económica de sus hijas

La situación financiera de la pareja se ha deteriorado notablemente tras la decisión del rey Carlos III de cortarles el apoyo económico y despojarlos de títulos y honores. Andrés, quien ya no puede usar el título de duque de York ni formar parte de la Orden de la Jarretera, se enfrenta a la amenaza de ser desalojado del Royal Lodge, una medida impulsada por el príncipe Guillermo. Aunque Andrés tendría acceso a una residencia en Abu Dabi, cortesía de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos, la vida allí no resulta atractiva para él.

En este contexto, la dependencia de Ferguson y Andrés respecto a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, y sus respectivos esposos, se ha vuelto más evidente. Las hijas, que han construido carreras exitosas y cuentan con el respaldo de sus parejas, podrían verse en la necesidad de ayudar económicamente a sus padres. Beatriz, por ejemplo, ha logrado que su empresa BY-EQ incremente sus ganancias hasta cerca de 500.000 libras en su segundo año, mientras que su esposo, Edoardo Mapelli Mozzi, dirige negocios inmobiliarios valorados en 1,7 millones. Eugenia, por su parte, reside entre Londres y Portugal, y su esposo Jack Brooksbank gestiona una empresa de bebidas con un saldo positivo de más de 500.000 libras, además de encargarse del marketing de un exclusivo club de golf en Portugal. Ambas princesas figuran como representantes legales en la venta de una propiedad de su madre, lo que sugiere que parte de su patrimonio podría destinarse a cubrir las deudas familiares.

El trasfondo de la crisis se agrava por las revelaciones sobre la relación de Ferguson con Jeffrey Epstein. Varios correos electrónicos filtrados han revelado que Epstein financió a Ferguson durante al menos 15 años, superando ampliamente las 15.000 libras que ella admitió públicamente haber recibido. En estos mensajes, Epstein se quejaba ante sus allegados de las constantes solicitudes de dinero por parte de Ferguson y relataba que ella fue la primera en celebrar su liberación de prisión, acompañada de sus hijas.

Los correos también revelan que, pese a las declaraciones públicas de Ferguson y Andrés sobre su distanciamiento de Epstein tras su condena, en privado la relación continuó, con Ferguson pidiendo préstamos y favores. En una ocasión, la exduquesa solicitó entre 50.000 y 100.000 dólares para cubrir deudas, y Epstein, aunque vigilado por las autoridades, le sugirió buscar ayuda en otros contactos.

La correspondencia también muestra la presión que Epstein ejercía sobre Ferguson para que defendiera públicamente su reputación, llegando a exigirle una carta de disculpa tras una entrevista en la que ella intentó distanciarse del escándalo. En una de las respuestas, Ferguson reafirmó su lealtad a Epstein, escribiendo: “Estoy en tu equipo y tú en el mío. Con mucho cariño y fuerza”.

Mientras tanto, la familia real ha endurecido su postura. El rey Carlos III dejó claro a Andrés que no dudaría en tomar medidas drásticas si no renunciaba voluntariamente a sus títulos, aunque evitó llevar el asunto al Parlamento. El príncipe Guillermo, por su parte, ha manifestado su deseo de que la pareja abandone el Royal Lodge, mientras que las princesas Beatriz y Eugenia, aunque mantienen una relación cercana con sus padres, han optado por distanciarse públicamente del escándalo.

Las consecuencias de esta crisis podrían extenderse a toda la familia York. El biógrafo real Andrew Lownie, citado por el Daily Mail, advierte de que “esto es solo el comienzo para la familia York”, anticipando nuevas revelaciones y dificultades. La presión financiera, la pérdida de apoyos y la exposición de la relación con Epstein han dejado a Ferguson y Andrés en una posición vulnerable, dependiendo cada vez más de la discreción y el éxito de sus hijas.

Fuente: https://www.infobae.com/espana/2025/10/20/sarah-ferguson-dispuesta-a-desvincularse-del-principe-andres-tras-perder-sus-titulos-dira-cualquier-cosa-para-salvarse/

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