Por qué el consumo de bebidas energéticas preocupa a los expertos: riesgos, advertencias y alternativas naturales
El consumo de bebidas energéticas ha crecido de forma...
El consumo de bebidas energéticas ha crecido de forma significativa en los últimos años, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes, impulsado por la promesa de un aumento inmediato en el rendimiento físico y mental.
Sin embargo, especialistas de Mayo Clinic advierten que estos productos pueden acarrear riesgos considerables para la salud, en particular por su alto contenido de cafeína, azúcar y otros estimulantes.
La popularidad de las bebidas energéticas se debe, en gran parte, a la percepción de que mejoran la resistencia física, la fuerza muscular y la concentración, lo que las convierte en una opción recurrente para estudiantes, deportistas y personas que buscan combatir la fatiga.
La cardióloga Anna Svatikova, de Mayo Clinic, señala que “estas bebidas se han vuelto tan populares porque potencian el rendimiento físico y mental”, lo que explica su atractivo entre los más jóvenes.
Entre los beneficios reportados a corto plazo, diversos estudios citados por Mayo Clinic indican que la cafeína presente en estas bebidas puede mejorar la memoria, la atención y la velocidad de reacción. En el ámbito deportivo, se ha observado que el consumo previo de cafeína puede incrementar la capacidad aeróbica y reducir la percepción de esfuerzo durante el ejercicio, permitiendo mejores tiempos en pruebas como carreras o natación.
Sin embargo, Svatikova subraya que estos efectos positivos son transitorios y no están exentos de consecuencias.
Composición y diferencias con otras bebidas con cafeínaLa composición de las bebidas energéticas es variada y, en muchos casos, poco transparente. Además de la cafeína, que puede oscilar entre 75 y 260 miligramos por lata de 355 a 473 mililitros, estos productos suelen contener grandes cantidades de azúcar —de 30 a 70 gramos por porción, lo que equivale a hasta 15 cucharaditas— y una mezcla de otros estimulantes como taurina, ginseng, guaraná y ginkgo.
Según Mayo Clinic, la combinación de estos ingredientes puede potenciar los efectos estimulantes y adictivos, y la falta de regulación permite que los fabricantes no siempre informen con precisión sobre el contenido de cafeína y otros componentes.
A diferencia de otras bebidas con cafeína, como el café, el té o los refrescos, las bebidas energéticas presentan una concentración variable y, en ocasiones, más elevada de esta sustancia. Mientras una taza de café de 240 mililitros contiene entre 100 y 200 miligramos de cafeína, una lata de bebida energética puede igualar o superar esa cantidad en un solo envase.
Además, la cafeína de origen natural, presente en el café, el té o el guaraná, aporta compuestos bioactivos adicionales, como antioxidantes, que no se encuentran en la cafeína sintética utilizada en muchas bebidas energéticas.
Riesgos para la salud y poblaciones vulnerablesLos riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas han sido objeto de creciente preocupación en la comunidad médica. Mayo Clinic advierte que, incluso en personas sanas, una sola lata puede elevar la presión arterial en siete milímetros de mercurio en apenas 30 minutos.
Svatikova enfatiza que “el consumo de bebidas energéticas puede aumentar la presión arterial incluso en personas sanas”, y que los efectos cardiovasculares incluyen palpitaciones, arritmias y alteraciones en la actividad eléctrica del corazón. A nivel mental, se han documentado casos de agitación, insomnio, ansiedad, depresión e incluso convulsiones.
El consumo prolongado o excesivo puede derivar en hipertensión, rigidez arterial, daño hepático y renal, hiperglucemia, resistencia a la insulina y aumento de peso, además de dependencia y síntomas de abstinencia.
La combinación de cafeína con otros estimulantes, como la taurina, incrementa el potencial adictivo de estas bebidas. “No existe un nivel seguro de consumo de cafeína para niños y adolescentes”, advierte Svatikova en declaraciones recogidas por Mayo Clinic, y agrega que los menores son especialmente vulnerables a los efectos negativos, como alteraciones del sueño, problemas de conducta y ansiedad.
Ciertas poblaciones deben extremar la precaución o evitar por completo el consumo de bebidas energéticas. Entre ellas se encuentran niños, adolescentes, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas con hipertensión, arritmias, ansiedad o que toman medicamentos que puedan interactuar con la cafeína.
La mezcla de estas bebidas con alcohol o drogas representa un riesgo adicional, ya que la cafeína puede enmascarar los efectos sedantes del alcohol, llevando a un mayor consumo y aumentando la probabilidad de intoxicación.
Mayo Clinic destaca que cerca del 42% de las visitas a emergencias relacionadas con bebidas energéticas involucran la combinación con alcohol, medicamentos o sustancias ilegales.
Recomendaciones y alternativas naturalesAnte la falta de regulación y la variabilidad en la composición, Mayo Clinic recomienda a los consumidores leer detenidamente las etiquetas, optar por productos con menor contenido de cafeína y azúcar, y evitar mezclar las bebidas energéticas con otras sustancias.
Señales de alerta como temblores, palpitaciones, insomnio o la necesidad de consumir cantidades crecientes para obtener el mismo efecto pueden indicar el desarrollo de tolerancia o dependencia, situaciones en las que se aconseja reducir o suspender el consumo y buscar apoyo profesional.
Como alternativas más seguras, Svatikova sugiere recurrir a bebidas naturales como café, té, yerba mate o cacao, que aportan cafeína junto a otros compuestos beneficiosos. Además, destaca la importancia de hábitos saludables para mantener la energía a largo plazo: ejercicio regular, una dieta equilibrada, descanso adecuado e hidratación suficiente.
Aunque las bebidas energéticas pueden ofrecer un impulso temporal, los expertos de Mayo Clinic insisten en que los verdaderos cimientos de una vida activa y saludable se encuentran en la adopción de rutinas que favorecen el bienestar integral, cuyos efectos positivos superan ampliamente a los de cualquier bebida enlatada.