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Pascua, la fiesta del perdón y la libertad

Por Pablo Daniel Seró Pastor cielosabiertosposadas.org Retomando lo expresado en la primera parte de esta columna, la propuesta es poder conocer y entender los detalles que tienen ...

Por Pablo Daniel Seró
Pastor
cielosabiertosposadas.org

Retomando lo expresado en la primera parte de esta columna, la propuesta es poder conocer y entender los detalles que tienen que ver con el cambio de escenario “simbólico” de la primera Pascua a las escenas de “cumplimiento” profético de la última.

La Biblia, que es la palabra de Dios, nos presenta un mensaje que no se contradice y no cambia con el paso del tiempo. Muy por el contrario, tiene un hilo conductor que expresa de una forma “divina” el amor de Dios a toda la humanidad, sin acepción de personas.

El pasaje de lo simbólico a lo profético necesita la intervención de la revelación que traiga la luz necesaria para ver la esencia del mensaje. El apóstol Juan lo expresó de esta manera: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.

El Verbo (logos), la palabra, es Jesús. Ese Verbo que luego se hizo carne y hábito entre las personas, reflejando la gloria de Dios como su unigénito, lleno de gracia y de verdad.

Estimado lector, la última Pascua fue la última cena de Jesús con sus discípulos.

Al bendecir y partir el pan dándolo a ellos y luego bendecir y compartir el vino, Él estaba anunciando que era el tiempo señalado por Dios para que tomara el lugar del cordero de la primera Pascua, y que su sangre derramada en la cruz fuera señal de “perdón y libertad”, para que todos los que le recibieran y creyeran en él pudieran ser libres de la esclavitud del pecado.

Sin un abordaje correcto, podemos quedarnos nada más que en el umbral y sin la posibilidad de experimentar en primera persona el paso de la cautividad a la libertad con el perdón como “free pass” (gracia) a una nueva vida en Cristo. Una vida en la que Él promete que “las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”.

Cuando Jesús ya crucificado declaró “consumado es” y murió, expresó algo así como “ya está”, “ya cumplí mi misión de pagar el precio por toda la humanidad para que todo aquel que acepte mi sacrificio y crea en mí no se pierda mas tenga la vida eterna”.

Al tercer día resucitó y se apareció en varias ocasiones recordando a los discípulos que ascendería al trono a la derecha del Padre y enviaría al paracleto, al consolador, al Espíritu Santo, que estaría con ellos todos los días hasta el fin del mundo.

¿Cómo hacer para pasar el umbral y entrar a una experiencia personal con Jesús?

El tiempo de Dios siempre es hoy. Hoy podemos aceptar el sacrificio de Jesús como cordero de Dios que quita los pecados del mundo y reconocerlo como Señor y Salvador para pasar a una nueva vida en Él.

Él nos llamó a seguirlo por la fe en comunión plena con el Espíritu Santo, que nos guiará y conducirá a toda verdad.

Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, nadie llega al Padre sino por Él.

Felices pascuas para todos, Jesús murió por nosotros, resucitó y nos otorga vida eterna por gracia sin merecerlo. Si oyeres hoy su voz, no endurezcas tu corazón, recibe su gracia y celebra cada día el perdón y la libertad.

La entrada Pascua, la fiesta del perdón y la libertad se publicó primero en Primera Edición.

Fuente: https://www.primeraedicion.com.ar/nota/100995031/pascua-la-fiesta-del-perdon-y-la-libertad-2/

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