Hallazgo inédito: identifican una galaxia vecina con moléculas claves en los procesos químicos de la vida
Por primera vez, la presencia de moléculas orgánicas complejas en el hielo interestelar de otra ...
Por primera vez, la presencia de moléculas orgánicas complejas en el hielo interestelar de otra galaxia ha sido comprobada de manera directa. El análisis, basado en observaciones del telescopio espacial James Webb en la Gran Nube de Magallanes, ofrece evidencia clara de que los procesos químicos necesarios para la vida no son exclusivos de nuestra galaxia y pueden desarrollarse en entornos mucho más diversos de lo que se pensaba.
Un hallazgo pionero en una galaxia vecinaLa detección de moléculas orgánicas complejas en el hielo de una protoestrella fuera de la Vía Láctea marca un avance relevante para la astrobiología. Un equipo internacional liderado por Marta Sewilo, astrónoma de la University of Maryland y la NASA, publicó los resultados el 20 de octubre de 2025 en The Astrophysical Journal Letters.
Esta investigación utilizó el James Webb Space Telescope para descubrir, por primera vez, compuestos básicos para la vida en la Gran Nube de Magallanes, la galaxia más cercana a la nuestra. El descubrimiento se concentró en la protoestrella joven ST6, donde los científicos detectaron cinco moléculas orgánicas complejas: metanol, etanol, formiato de metilo, acetaldehído y ácido acético.
Aunque algunos de estos compuestos se emplean en la Tierra para fines industriales y alimenticios, jamás habían sido identificados en hielos fuera de la Vía Láctea. Además, el equipo encontró señales espectrales de glicolaldehído, una molécula precursora de estructuras como el ARN, aunque se requieren estudios adicionales para su confirmación definitiva.
Por qué este entorno es tan especial para la química del universoLa Gran Nube de Magallanes está ubicada a unos 160.000 años luz de la Tierra y presenta características únicas. Su baja metalicidad —una cantidad de elementos pesados menor que la de la Vía Láctea— la convierte en un entorno similar al universo primitivo.
Esta condición, combinada con niveles elevados de radiación ultravioleta, transforma a la galaxia en un verdadero laboratorio natural para analizar cómo surgen las moléculas complejas en ambientes extremos. La astrónoma Sewilo explicó que explorar este tipo de entorno permite entender mejor la química de galaxias más distantes y jóvenes.
“El entorno de baja metalicidad, con menos elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, se asemeja a galaxias de épocas cosmológicas más tempranas. Lo que aprendemos en la Gran Nube de Magallanes puede aplicarse a la comprensión de galaxias más distantes, cuando el universo era mucho más joven”, señaló Sewilo.
El papel crucial del telescopio James WebbLos avances logrados fueron posibles gracias al instrumento de infrarrojo medio (MIRI) a bordo del James Webb Space Telescope. Su sensibilidad y resolución angular permitieron identificar débiles señales espectrales asociadas a hielos alrededor de una protoestrella tan distante, algo inalcanzable con tecnologías previas.
Sewilo destacó la importancia del JWST: “Es gracias a la excepcional sensibilidad y alta resolución angular del JWST que podemos detectar estas débiles características espectrales asociadas a hielos alrededor de una protoestrella tan distante. La resolución espectral del JWST es lo suficientemente alta como para permitir identificaciones fiables”.
Hasta ahora, solo el metanol había sido detectado de forma concluyente en hielos alrededor de protoestrellas, y únicamente en nuestra propia galaxia. El nuevo hallazgo proporciona una cantidad de información sin precedentes sobre la composición química de hielos interestelares en otras galaxias, revelando un universo más rico y diverso de lo que se pensaba.
Implicancias para la astrobiología y el origen de la vidaLa presencia de moléculas orgánicas complejas en hielo interestelar en condiciones similares a las del universo temprano sugiere que los bloques fundamentales para la vida podrían haberse formado mucho antes y en ambientes más variados de los que se consideraba posible. Esto significa que la química necesaria para crear biomoléculas puede ser un proceso común en distintos rincones y épocas del universo.
Aunque el estudio no demuestra la existencia de vida más allá de la Tierra, sí sugiere que estas moléculas podrían persistir durante la evolución de los sistemas planetarios y llegar a incorporarse a planetas jóvenes. Así, la vida podría tener la oportunidad de surgir en lugares mucho más diversos de lo que se creía hasta ahora.
Los próximos pasos en la exploración del cosmosEl equipo liderado por Sewilo se propone ampliar la investigación a otras protoestrellas, tanto en la Gran Nube de Magallanes como en la Pequeña Nube de Magallanes, para comparar la abundancia de estas moléculas con la existente en la Vía Láctea.
Hasta el momento, solo hay una fuente conocida en la Gran Nube de Magallanes y cuatro en la Vía Láctea que presentan detección de estas moléculas en hielos interestelares. El objetivo es conseguir muestras más amplias para confirmar las posibles diferencias entre galaxias y comprender mejor el origen y la distribución de la química compleja en el universo.
Este avance marca un paso clave para desentrañar cómo los ingredientes fundamentales para la vida pueden surgir en una gran variedad de contextos cósmicos.