Habitantes de Soacha presenciaron la caída de supuesto meteorito, pero la verdad puede ser menos emocionante
Una estela luminosa recorriendo el cielo de Soacha a la hora del tráfico pesado puede desatar todo tipo de reacciones, tal como quedó grabado en cámaras de seguridad el 18 de octubre, sobre las ...
Una estela luminosa recorriendo el cielo de Soacha a la hora del tráfico pesado puede desatar todo tipo de reacciones, tal como quedó grabado en cámaras de seguridad el 18 de octubre, sobre las 6:00 p. m. lanzando a los habitantes del municipio colombiano y sus redes sociales a una espiral de especulación, bromas colectivas y teorías que van desde la ciencia hasta el más inspirado anime japonés.
Mientras las grabaciones muestran, sin lugar a dudas, un objeto brillante surcando el cielo y perdiéndose entre las nubes, y un par de espectadores incrédulos en la calle.
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Ni la Agencia Espacial Europea, ni la NASA, ni siquiera el alguna misión colombiana han confirmado la naturaleza exacta de la visita celeste. Una ausencia de respuestas oficiales suficiente para que la imaginación vuele, y para que los comentaristas locales afiancen el humor como método favorito para la gestión de incertidumbres cósmicas.
En las publicaciones virales en redes, algunos se lanzaron al abismo de la ironía: “El man que va con el perro: firulais, parcero, ¿verdad que usted también lo vio y no estoy loco?”. Otros, fans evidentes de las sagas animadas, convocaron refuerzos de otros planetas: “Llegaron los Saiyajin... Goku ven pronto”. Y, por supuesto, nunca faltan los cuerdos de la cuadra que le bajan el tono al misterio: “Por lo general se desintegran en la atmósfera por la fricción que esta genera, nada que temer”, opina un usuario, seguramente al tiempo que mira de reojo el cielo, “por si acaso”.
Sin boletín oficial, la balanza informativa osciló entre dos candidatos clásicos para esta clase de luminiscencias accidentales: meteoritos y basura espacial. El primero, que como usuarios mencionaron que nunca habría tocado la tierra al desaparecer al tocar la atmosfera.
El segundo, no es más que el efecto óptico que deja la basura quemándose. Con términos técnicos, la llamada “basura espacial” consiste en fragmentos de satélites, partes de cohetes y otros vestigios manufacturados orbitando la Tierra hasta que la gravedad, los trae de regreso a casa con un brillo tan breve como llamativo.
Expertos sostienen que diferenciar entre ambos espectáculos luminosos es un desafío: los dos producen destellos y trayectorias fugaces capaces de asombrar (o confundir) a cualquier desprevenido en la calle. La clave, sugieren los astrónomos, radica en detalles microscópicos: la velocidad de descenso, la desintegración en varios trozos, el color y la trayectoria suelen delatar a la basura espacial.
La lógica es sencilla y decepcionante para quienes esperaban souvenirs espaciales: la alta velocidad y la fricción atmosférica logran que tanto los pedazos de cohete como los viejos tornillos satelitales ardan y se conviertan en polvo luminoso antes de rozar el suelo.
El entusiasmo y la preocupación suelen andar de la mano ante estos fenómenos, pero la comunidad científica siempre pide calmar los ánimos (y la imaginación) recordando que el regreso de los objetos manufacturados rara vez implica peligro para la población. En la mayoría de los casos, estos restos se desintegran completamente al ingresar a la atmósfera, a menos que sean satélites de gran tamaño o transbordadores regresando a la tierra.
Así, estos fenómenos se han vuelto más frecuentes, culpa y mérito de la era satelital y los cientos de misiones lanzadas cada año. Donde antes el paso de una estrella fugaz era suceso de calendario, hoy lo es la reentrada de una tuerca con historial orbital, acompañada de memes, memes y algún que otro alboroto en redes como viene sucediendo en los últimos años.
Lo que sí queda claro es que, en Soacha, los vecinos continuarán atentos; no tanto vigilando riesgos, sino listos para el siguiente gran fenómeno... o para improvisar el chiste más viral de la noche.
 
 