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Esto es lo que significa no tirar la ropa que nunca te pones, según la psicología

Abrir el armario y ver ropa que no se ha usado en años es una escena común en muchos hogares. Camisetas de conciertos, vestidos de ocasiones especiales o pantalones que “algún día podrían vo...

Abrir el armario y ver ropa que no se ha usado en años es una escena común en muchos hogares. Camisetas de conciertos, vestidos de ocasiones especiales o pantalones que “algún día podrían volver a quedar bien” se acumulan con el tiempo. Pero más allá de la falta de ganas para ordenar, la psicología revela que esta tendencia puede tener raíces profundas en nuestras emociones y en la forma en que enfrentamos los cambios.

La psicóloga británica Emma Kenny sostiene que los objetos materiales, incluida la ropa, pueden convertirse en “contenedores de emociones”. Una prenda usada en un momento especial puede adquirir un valor simbólico que va mucho más allá de su utilidad. Por eso muchas veces es la nostalgia la que nos ata a tener los armarios llenos de cosas que llevamos años sin utilizar. Al deshacerse de ellas, muchas personas sienten que también están dejando atrás una parte importante de su vida.

Este apego tiene una función psicológica: ayuda a mantener una sensación de continuidad con el pasado. Sin embargo, también puede convertirse en una forma de resistencia al cambio. En palabras de Kenny: guardar ropa que ya no usamos puede ser una manera de conservar identidades o roles que ya no nos representan. En este sentido, nuestro armario no solo muestra quiénes somos, sino quiénes fuimos.

Miedo al cambio y necesidad de control

El miedo a lo desconocido también juega un papel fundamental. Desde la psicología conductual, se ha observado que acumular objetos genera una sensación de control ante la incertidumbre. El desorden, aunque aparente caos, puede representar simbólicamente una forma de protección.

Donald Winnicott, reconocido psicoanalista británico, estudió el vínculo entre las personas y los llamados “objetos transicionales” y concluyó que una prenda que evoca recuerdo es natural, pero debe superarse cuando comienza a interferir con la vida presente. Por eso, quédate con las prendas que te recuerden momentos positivos y las demás déjalas ir.

Reorganizar el armario para limpiar la mente

Más allá de un cambio estético, ordenar el armario puede convertirse en un acto de higiene mental. Los expertos recomiendan hacer limpiezas periódicas, identificar qué prendas realmente se usan y donar lo que lleva más de un año sin tocarse. Además, métodos como el KonMari de la japonesa Marie Kondo sugieren agradecer mentalmente a las prendas antes de dejarlas ir, como un ritual para cerrar ciclos emocionales.

Un estudio del Instituto de Neurociencia de Princeton comprobó que el orden visual mejora la concentración y reduce la ansiedad. En otras palabras, un entorno despejado contribuye al equilibrio interior. Muchas personas dicen sentirse más ligeras y motivadas tras eliminar lo innecesario, ya que el cerebro interpreta este gesto como una señal de libertad y apertura al cambio.

Desprenderse de la ropa que ya no se usa no es simplemente una cuestión de espacio físico. Es, en muchos casos, un paso simbólico hacia el crecimiento personal. Reconocer el apego emocional a ciertos objetos permite transformarlo en una oportunidad de renovación. Donar una prenda puede ser también una forma de afirmar que el pasado ha sido valioso, pero que el presente merece su propio espacio.

Fuente: https://www.infobae.com/espana/2025/10/17/esto-es-lo-que-significa-no-tirar-la-ropa-que-nunca-te-pones-segun-la-psicologia/

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