Generales

Entre la comunidad jardinense recrearon el fascinante mundo de la radioafición

El Grupo de Radioaficionados Misiones convocó a la comunidad jardinense a una jornada en la que se dio a conocer cómo funciona la radioafición, su importancia en situaciones de emergenci...

El Grupo de Radioaficionados Misiones convocó a la comunidad jardinense a una jornada en la que se dio a conocer cómo funciona la radioafición, su importancia en situaciones de emergencia, y cómo hacer para formar parte de esta apasionante actividad. Se desarrolló el jueves, frente a la Biblioteca Popular Ernesto Sábato. Para la ocasión, llegó por primera vez a Misiones la Escuela Móvil del radioaficionado bonaerense, reconocido a nivel nacional, Miguel Planig (LW3EMP). La unidad está especialmente equipada para enseñar y demostrar los sistemas de comunicación por radio.

Desde la organización del encuentro, José Schenone (LU3IBM), manifestó que el propósito fue que los chicos, adolescentes, adultos, bomberos, policías, personal municipal y de tránsito, vecinos, se acercaran a observar y a escuchar “de qué se trata este hobby, esta pasión que tenemos los radioaficionados que, sin tener un título universitario, somos expertos en comunicaciones y conocemos cuáles son las bandas de radiocomunicaciones posibles que existen, por lo menos, dentro del país. Si bien estamos informados de las de otros países, conocemos la forma de comunicarnos dentro de la Argentina en cualquier rango de frecuencia”.

Indicó que, si bien por el auge de la tecnología, no es un hobby que está de moda, desarrollan acciones muy importantes, muchas de las cuales, los radioaficionados son los únicos que las pueden hacer. Schenone citó como ejemplo, la reciente tragedia ocasionada por las inundaciones en Bahía Blanca, donde jugaron un rol fundamental para hacer llegar a Defensa Civil y a bomberos, los pedidos de auxilio de la gente que estaba en peligro. 

Cuando todo eso se apaga, el radioaficionado con sus equipos y una batería de coche o un panel solar, puede mantener comunicaciones y servir de nexo para reenviar mensajes entre los servicios de emergencia (defensa civil, bomberos, policía) y el resto de la población”, aseguró, quien en su familia tiene a otros dos colegas, su esposa Yanina (LU1IYL) y su hijo Bruno (LU1IHN).

A su entender, con la llegada de la tecnología y las redes sociales, “la gente se fue olvidando de esta actividad que brinda tanta utilidad. En Argentina somos casi 17 mil miembros y en Misiones tan solo poco más de cien. Por estos días, los jóvenes se manejan con el teléfono celular y van perdiendo la noción de que existe algo más, pero cuando se corta Internet o se cae WhatsApp, en lugar de quedarte aislado, podes usar este canal para hablar con amigos, familiares, aprender, conocer gente de otros países, y llegado al caso extremo, poder colaborar ante una emergencia respetando las indicaciones que brindan las fuerzas de seguridad”.

A diferencia de años atrás, cuando había que comprar equipamiento “carísimo”, hoy “tenemos al alcance de la mano a través de un teléfono celular. La tecnología evolucionó tanto que cualquier persona que obtiene su licencia puede hacer radio a través de aplicaciones móviles, que son gratuitas, y que se pueden descargar en cualquier teléfono hasta que pueda comprarse sus propios equipos. Se puede divertir sanamente y sin gastar dinero”, dijo quien el martes pudo hablar por primera vez con un colega de Malasia.

Al referirse a Miguel Planig, contó que es un profesor y radioaficionado de la vieja escuela, al punto que “su señal distintiva tiene la letra W, que son de los primeros que surgieron en el país.  Siempre tuvo esa inquietud de transmitir y que no se muera este hobby. Cuando lo escuchás hablar, te das cuenta que por la sangre de este hombre corre la radioafición. A donde lo inviten, va con sus equipos. Apunta a los chicos que quedan sorprendidos al saber que pueden hablar con una radio a través de la estación espacial”.

Paso a paso

En la Argentina los cursos duran unos tres meses. Para ser radioaficionado es necesario acercarse a un Radio Club o hacerlo a distancia, ya que muchos se adaptan a las nuevas tecnologías. El de Gualeguaychú, en Entre Ríos -donde estudió Schenone- fue uno de los pioneros durante la pandemia. Tras la capacitación, se rinde un examen y a los pocos meses se recibe la señal distintiva. LU o LW significa que es un radioaficionado de Argentina, es como el código del país.

 Después hay un número aleatorio y la primera letra que le sigue corresponde a la provincia, en este caso Misiones. “Cuando hablas con un radioaficionado y te da su señal distintiva, te está brindando un montón de información”, indicó.

El ejemplo más cercano es Chile

Por los terremotos y tsunamis que se suceden en Chile, todos los meses realizan ejercicios entre fuerzas de seguridad y radioaficionados para estar preparados ante una situación de emergencia. “Es que cuando tenes que comunicar, no te podés trabar, tartamudear. El mensaje tiene que ser corto y claro porque, de lo contrario, se genera más confusión. Y todo eso se adquiere con la experiencia. Esa preparación se logra practicando. Esto es como andar en bicicleta. Una vez que aprendiste, podes perdés un poco el equilibrio, pero en pocos minutos lo volvés a retomar. En la radioafisión es lo mismo”, observó Schenone.

La entrada Entre la comunidad jardinense recrearon el fascinante mundo de la radioafición se publicó primero en Primera Edición.

Fuente: https://www.primeraedicion.com.ar/nota/100992302/entre-la-comunidad-jardinense-recrearon-el-fascinante-mundo-de-la-radioaficion/

Volver arriba